martes, 31 de julio de 2012

MESA DE DULCE BODA PASCUAL Y JESSICA

Y después de la despedida de soltera...., claro que sí, la boda. Yo no me podía quedar sin poner un granito de arena en la inolvidable boda de Jessi. No podéis imaginar lo bonito que fue colaborar con una novia con tal ilusión en su día. Me daba la impresión de que era como una niña que sueña con el día en que cruzará el pasillo de la iglesia para casarse con un maravilloso príncipe azul. Todo era poco para su boda y estoy segura de que consiguió que fuera el mejor día de su vida. Enhorabuena a los novios y que seáis muy felices!!!





Como los niños que llevaban los anillos iban a vestir de blanco y lila, decidimos poner esos colores en su mesa de dulce infantil. Cuando se iba perfilando me di cuenta de que no iba a destacar y añadí el toque de verde. Yo creo que fue un acierto, le dio vida y colorido a una mesa que estaba destinada a niños pequeños y a adolescentes, de forma que no cabía algo muy infantil, pero tampoco para adultos.
Preparé unas galletas en forma de corazón imitando el corpiño del vestido de novia, incluida la flor en plateado que llevaría Jessi, con el nombre impreso de cada una de las niñas. Por otro lado, hice lo propio imitando la camisa blanca y la corbata negra del novio con el nombre impreso de todos los niños. Y para rematar, minicorazones con los nombres de los novios.
Como no querían cupcakes y yo veía la mesa un poco vacía sin ellos, rellené cápsulas de cupcake con chuches y parece que acabó siendo buena idea a juzgar por lo vacío que quedó todo jejeje. Como podéis ver, puse dos cestitas llenas de palomitas dulces y brochetas de chuches.
Puse Lacasitos en tarros lila, nubes de azúcar, cakepops... Todo perfectamente conjuntado, como merecía la ocasión.

Y qué decir de la tartita?? A mi me enamoró desde los primeros pasos. La pena es que con el calor que hacía se formó esa arruga fea estando ya en el camino. Pero es verano, es inevitable que algo pase con el fondant. Aquí os muestro cómo estaba en el momento de la colocación, antes de que el cristal de atrás al sol hiciera el resto.


Tenía muchas ganas de volver a hacer una tarta floral y probar lo que he aprendido en este tiempo desde aquella tarta Cesta de Flores. Y me empleé a fondo con las rosas y los jazmines, entre otras cuyo nombre nunca recuerdo y las que me invento por el camino. Como las hice en la terraza de la casa de mis padres, frente al jardín, vi unas flores sencillas que me encantaron y me lancé a hacerlas, son las que puse en los laterales de la tarta.

Pero, claro, una tarta para mesa de dulce infantil llena de flores no iba a gustar mucho a los niños. Por eso pensé en poner una ninfa entre las flores, con rasgos de dibujuto animado al estilo de las Witch, con sus purpurinas que la hicieran etérea, entre esas flores que tanto adoro y que no me cansaré nunca de mirar.


No quiero cerrar este post sin mencionar de nuevo los problemas que da a veces el fondant en verano. Como comenté en las anteriores entradas, el fondant que siempre uso, el Norte, no me estaba dando buenos resultados en verano. Funcakes peor aún. De Satin Ice ni hablo, porque ya desde el sabor hasta el resultado, no me gusta. Por eso, cuando estuve de vacaciones en Huelva me acerqué a la tienda que recientemente abrió Esmeraldita en la Calle Niebla - aprovecho la ocasión para recomendárosla, porque es una chica muy maja que entiende mucho de esto- y compré un paquete de Credipaste. Había leído que es un fondant muy usado en Portugal y en España hablaban maravillas de él, de su sabor y de su manejabilidad. Como vivo en una zona rodeada de humedales (arrozales a gogó), nunca me puedo comparar con las demás, pero al menos hay que intentarlo. Y el resultado debo decir que no me gustó, encontré que se me clareaba, se cuarteaba y se formaban poros. Menos mal que la tarta tenía flores por todas partes para disimular estas cosas... Eso sí, doy fe de que este fondant no suda.

Y con toda esta explicación quiero llegar a la siguiente conclusión: no hay fondant bueno o malo en el mercado, sino que cada cual se apaña con el que mejor reacciona en su casa. Seguiré probando alternativas, el siguiente es Sodifer, otro fondant portugués muy de moda. Las flores de esta tarta las hice con Sodifer y CMC y me encantó no sólo el resultado, sino también la textura, la manejabilidad que tenía y, sobre todo, ese sabor agradable y cítrico que tiene. La próxima tarta la cubriré con esta marca y os cuento.

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